Libro introspectivo y de gran
densidad donde el autor enfrenta a su Yo
con sus dos naturalezas, humana y lobuna. Es de ese tipo de libros que no se
puede leer en cualquier momento. Requiere lectura suave y sin plazos si se
quieren minimizar las probabilidades de abandono (en mi caso dos fracasos). Harry
Heller pertenece al gremio de los inadaptados y solitarios merodeadores de las
ciudades del siglo XX. Pese al desprecio
que siente por su propio ser, renegando de su origen burgués y con la incapacidad
casi innata de disfrutar, el relato ofrece matices interesantes donde podemos saborear
las reflexiones del protagonista que le harán
descubrir aspectos de su Ser latentes
pero que todavía no se habían manifestado. Con un final entre lo onírico y real
en el “Teatro Mágico, sólo para locos” el autor pretende ofrecer respuestas a
lo angustioso de nuestra existencia, evidentemente sin conseguirlo.
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