28 de noviembre de 2010

Economía: Irlanda se atraganta

Durante los últimos días las miserias de Irlanda han copado las portadas de periódicos y los titulares de informátivos. La verdad es que estamos con un ojo puesto en aquella isla y con el otro pendientes de lo que ocurre en España, sobre todo cuando conoces las causas que han llevado a los irlandeses a pedir (o aceptar) ayuda a la Unión Europea.
En Irlanda, a mediados de los 80 se produjo una especie de boom económico propiciado, entre otras cosas, por las medidas fiscales que se tradujeron en un revisión a la baja del Impuesto de Sociedades, lo que originó un aumento considerable de la inversión extranjera en el país, que en ese momento carecía de un tejido industrial significativo. Desde 1990 hasta hace prácticamente dos años, el crecimiento medio de la economía se situaba en algo más del 6%, lo que permitió a los irlandeses situarse en los puestos de cabeza europeos en lo que la renta per capita se refiere. El status de nuevos ricos, la gran cantidad de dinero en circulación y la sensación de que aquello era un pozo sin fondo ayudó a la expansión del mercado inmobiliario. El que vivía en una humilde casa con su pareja y sus tres hijos pensó que sería una buena idea instalarse en un pequeñito chalet de dos plantas donde los niños pudiesen jugar sin más limitación que los doscientos metros cuadrados de jardín con los que cuenta la nueva vivienda. En este sentido, es un caso muy parecido al de España, aunque debemos diferenciar dos aspectos fundamentales.
Por un lado, la reducción en la presión fiscal (tanto a empresas como a personas físicas) se tuvo que financiar con una reducción del gasto público para no disparar el déficit, algo que minó considerablemente el margen de acción del estado (economía liberal al máximo exponente). Por otra parte, la gestión de la crisis también ha sido diferente. En Irlanda, los bancos que prestaban el dinero para el ladrillo a su vez financiaban sus inversiones con dinero prestado de otros bancos extranjeros. ¿Qué ha pasado? Que cuando estalló la burbuja, el Gobierno salió al rescate de los bancos irlandeses (se estima en 45.000 millones de euros) comprando sus activos deteriorados y emitiendo deuda pública, en vez de exigir, tal y como pasó en Suecia, que los bancos extranjeros se responsabilizasen también de los excesos cometidos. Este rescate no saldrá gratis, ya que se prevee recortar 25.000 puestos de trabajo en el sector público, incrementar la presión fiscal a los contribuyentes y recortar las prestaciones sociales.¿Y para los bancos? De momento nada, como en España.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por la publicación de su entrada sobre Irlanda, es muy aclaradora. Enhorabuena por su blog. Considero que nos podrá ayudar a comprender mejor el contexto socioeconómico actual en el que nos encontramos. Le animo a seguir publicando.

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