En muchas ocasiones
menospreciamos o prejuzgamos a la gente que no actúa como nosotros o aquellos
que simplemente toman otro camino. Christopher Johnson McCandless provenía de
una familia acomodada de Washington D.C. Cuando terminó los estudios
universitarios, regaló su coche y donó todos sus ahorros a una ONG para
comenzar a partir de ese momento un viaje de no retorno “hacia rutas salvajes”. Hasta que se encontró su cadáver en agosto
de 1992, McCandless pasó cerca de dos años buscando su sitio en el mundo,
aplicando su filosofía de vida hasta el final, sin hipocresía.
Jon Krakauer escribió un artículo
para una revista especializada sobre la historia de Chris. Dicho artículo se le
quedó corto y en los meses siguientes se dedicó a profundizar en la historia y
a tratar de descubrir por qué un buen estudiante y deportista, querido por su
familia y amigos, lo abandona todo y acaba muriendo de inanición en un
solitario rincón de Alaska. La historia fue llevada al cine en 2007 a manos de Sean Penn.
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